jueves, 27 de noviembre de 2014

Nota secundaria

ENTRE EL DESAFÍO Y LA REALIDAD
Un centro cultural en el trabajo


Fachada de IMPA
Al igual que en muchas de las empresas recuperadas, en IMPA conviven la actividad fabril y la creación cultural. La relación con la comunidad en este tipo de empresas es una de las principales banderas, y tiene como valor principal la solidaridad mutua. Una experiencia inédita que demuestra la existencia de otra cultura del trabajo, distinta a la que el mercado quiere imponer.
Al 4290 de la calle Querandíes, en el corazón del barrio de Almagro, se impone el edificio de Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA), una cooperativa recuperada por segunda vez por sus trabajadores en mayo de 1998, luego de la política de vaciamiento que había llevado a cabo la última comisión directiva de la antigua gestión. A partir de allí, surgió un desafío: convertir a la fábrica en algo más.
 “Todo comenzó cuando nos dimos cuenta de que teníamos un lugar muy grande que no usábamos y que les podía servir a otras personas, por ejemplo a los vecinos que nos ayudaron y nos apoyaron siempre”, cuenta Marcelo Castillo, presidente de la cooperativa. Y afirma orgullosamente: “Es una experiencia única que no se da en ningún otro lugar del mundo. En Europa, algunos artistas toman edificios de fábricas abandonadas y los convierten en centros culturales, pero nunca pasó con una fábrica que estuviera en funcionamiento como la nuestra”. Tal es así, asegura, que “vienen de todas partes del mundo a visitarnos y no lo pueden creer”.
El centro cultural “La fábrica” empezó a tomar forma en mayo de 1999 cuando se hizo un homenaje a Arturo Jauretche a 25 años de su fallecimiento. A partir de allí, comenzaron a brindar espectáculos y diversas actividades a todos los vecinos del barrio, de manera gratuita o con precios populares.
Desde la mañana hasta la noche hay movimiento en la fábrica; y no tiene que ver sólo con el trabajo propiamente dicho, sino también con cursos, clases de guitarra, baile, canto, entre otras actividades. Hasta las 15, se puede escuchar ruido de máquinas; luego los asociados se van a sus casas y llegan las personas que concurren al centro cultural. “Una cuenta pendiente es que podamos insertarnos más en el resto de las actividades que se dan en el edificio”, dice Castillo. Y continúa explicando: “Terminamos de hacer las tareas que nos corresponden y tenemos ganas de irnos a nuestras casas, pero creo que con el tiempo vamos a encontrar los espacios para poder compartir. El año pasado se hicieron peñas folklóricas en el comedor y nosotros pudimos participar”.
Detalle de un mural - fachada IMPA
En “La fábrica” se dictan cerca de 30 talleres mensuales, se dan recitales, obras de teatro y muestras; en el 2000, Manu Chao brindó su espectáculo, dio un paseo por el lugar y quedó asombrado por tamaña combinación de trabajo y cultura.
Además, en IMPA  funcionan un micro-cine, donde se proyectan cortometrajes y películas independientes,  la Universidad de los Trabajadores, un profesorado, un centro de salud y un canal de televisión alternativo, popular y comunitario: “Barricada TV” Canal 5 de Almagro. El método IMPA es “ocupar, resistir y producir”: en el trabajo, en la cultura y en la lucha de todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario